domingo, 19 de octubre de 2008

FUEGO Y MIEDO



¿Quién educó, su mente enajenada?
Siempre soñó con la gran pantalla
ser el mejor disparando un arma
como su héroe de acción

Despertó sumido en el tormento
decidió que había "llegao" el momento
recordó dónde guarda su viejo
el magnum 42

Desenfundó camino del colegio
imaginó con total desprecio
la sumisión de los cuerpos muertos
tendidos alrededor

Cargado de odio y rencor
el gobierno sus manos ha armado
cegado por la humillación
decidió vaciar el cargador

FUEGO! como en el viejo saloon
un fétido film de vaqueros
MIEDO! desde el televisor
odio y venganza, producto del miedo
te han educado a vivir con miedo
Charlton Heston y su enajenación

Cargado de odio y rencor...

FUEGO! como en el viejo salón ...

FUEGO! MIEDO!

miércoles, 8 de octubre de 2008

El Grillo

Un indio caminaba por el centro de la ciudad de Nueva york, junto a su amigo que residía allí. En el mismo centro de Manhattan, el indio agarra el brazo de su amigo y le susurra: “Espera, he oído un grillo”

Su amigo dijo: “¡Vamos! ¿Un grillo? Hombre, estamos en el centro de Nueva York...”

Insistió:”en serio, lo escucho”

"Es imposible”, fue la respuesta. “¡No puedes escuchar a un grillo! Mira cómo pasan los taxis, bocinas por todas partes, la gente que se grita los unos a los otros, los frenos de los vehículos, las aceras de ambos lados llenas de gente, el ruido de las máquinas registradoras sonando por todas partes, el ruido del metro bajo nuestros pies. ¡Es imposible que escuches a un grillo!”

El indio insistió: “¡Espera un minuto!” Condujo tranquilamente a su amigo, de pronto se detuvieron y el indio caminó hasta el final de la cuadra, atravesó la calle, miró a su alrededor, movió su cabeza hacia un lado, pero no lo pudo encontrar. Atravesó otra calle y allí en una gran cementera llena de plantas donde crecía un árbol, metió una de sus manos en la paja que cubría las plantas y encontró al grillo.

“¡Mira!”, gritó mientras sostenía el grillo en su mano sobre su cabeza.

Su amigo atravesó la calle maravillado, exclamando: “¿Cómo es posible que hayas escuchado al grillo en medio de toda esta bulla de Manhattan?”

El indio dijo: “Pues bien, mis oídos no son diferentes a los tuyos. Simplemente depende de lo que estés escuchando. Déjame mostrártelo”.

Metió su mano en el bolsillo de su compañero y la sacó llena de monedas —un par de 25 centavos, tres o cuatro de 10 centavos y otras cuantas de 1 centavo.

Entonces, dijo: “Ahora, observa”. Tomó las monedas levantándolas a la altura de la cabeza y las dejó caer a la vereda. Todas las cabezas dentro de la cuadra, se volvieron y miraron en dirección hasta donde estaba el indio.

“Todo depende de lo que se está escuchando. No tenemos grillos suficientes en nuestras mentes. No les oímos. Tal vez, al igual que aquella calle repleta de gente, han pasado toda su vida buscando un puñado de monedas y se han perdido el verdadero sonido de la vida”

lunes, 6 de octubre de 2008

El Elefante Encadenado.

Cuando yo era pequeño me encantaban los circos,y lo que más me gustaba de ellos eran los animales.Me llamaba especialmente la atención el elefante que,como más tarde supe era también el animal preferido de otros niños.Durente la función,la enorme bestía hacía gala de un tamaño,un peso y una fuerza descomunales...Pero despuésde la actuación y hasta poco antes de volver al escenario,el elefante siempre permanecía atado a una pequeña estaca clavada en el suelo con una cadena que aprisionaba sus patas.


Sin embargo,la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en el suelo.Y aunque la madera era gruesa y poderosa,me parecía obvio que un animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su fuerza,podría liberarse con facilidad de la estaca y huir.

El misterio sigue pareciéndome evidente.
¿Qué lo sujetaentonces?.
¿Por qué no huye?.
Cuando era niño,yo todavía confiaba en la sabiduría de los mayores.Pregunté entonces por el misterio del elefante...Alguno de ellos me explicó que el elefante no huía porque estaba amaestrado.

Hice entonces la pregunta obvia:"Si está amaestrado,¿por qué lo encadenan?".
No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.
Con el tiempo,me olvidé del misterio del elefante y la estaca...
Hace algunos años,descubrí que,por suerte para mí,alguien había sido lo suficientemente sabio como para encontrar la respuesta:

"El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy,muy pequeño".

Cerré los ojos e imaginé al indefenso elefante recién nacido sujeto a la estaca.Estoy seguro de que,en aquel momento el elefantito empujó,tiró y sudó tratando de soltarse.Y,a pesar de sus esfuerzos,no lo consiguió,porque aquella estaca era demasiado dura para él.
Imaginé que se dormía agotado y al día siguiente lo volvía a intentar,y al otro día y al otro...Hasta que,un día,un día terrible para su historia,el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.

Ese elefante enorme y poderoso que vemos en el circo no escapa,porque,pobre,cree que no puede.

Tiene grabado el recuerdo de la impotencia que sintió poco después de nacer.
Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese recuerdo.
Jamás,jamás intentó volver a poner a prueba su fuerza.

Todos somos un poco como el elefante del circo:vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad.

Vivimos pensando que "no podemos" hacer montones de cosas,simplemente porque una vez,hace tiempo lo intentamos y no lo conseguimos.
Hicimos entonces lo mismo que el elefante,y grabamos en nuestra memoria este mensaje:No puedo,no puedo y nunca podré.

Hemos crecido llevando este mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y por eso nunca más volvimos a intentar liberarnos de la estaca.

Cuando,a veces,sentimos los grilletes y hacemos sonar las cadenas,miramos de reojo la estaca y pensamos:"No puedo y nunca podré".

Ésto es lo que te pasa,vives condicionado por el recuerdo de una persona que ya no existe en tí,que no pudo.

Tu única manera de saber si puedes es intentarlo de nuevo poniendo en ello todo tu corazón...¡¡¡Todo tu corazón!!!.

JORGE BUCAY.